El pasado 7 de julio fue ejecutado en Texas el mexicano Humberto Leal García, pese a la resolución de la Corte Internacional de Justicia que data desde el 2004, la cual solicitaba la revisión y reconsideración de las sentencias dictadas por tribunales estadounidenses a 51 connacionales. Las autoridades de Estados Unidos no les informaron de su derecho de tener contacto con las autoridades consulares, a partir de ahí, el argumento que México esgrimió, fue que sin esta notificación de derechos, los consulados no pueden llevar a cabo de manera efectiva su labor de protección y tratándose de sentenciados a pena de muerte, está comprobado que sin esta asistencia consular los juicios se llevan a cabo sin tener todas las garantías que puede tener una persona en dichos procesos, dado que se refiere a extranjeros, que no conocen el idioma, que no conoce el sistema penal y por falta de equidad en los procedimientos, resultan sentenciados a la pena de muerte por las Cortes Criminales norteamericanas.Pese a que el presidente Obama y Amnistía Internacional exhortaron al Gobierno de Texas a suspender la ejecución, esta se llevo a cabo.
Si la Corte Internacional de Justicia, el principal órgano judicial de las Naciones Unidas, Amnistía Internacional, la principal promotora de los derechos humanos y Barack Obama, el presidente de los Estados Unidos, no pudieron hacer nada para revocar la sentencia ¿Que esperanza les queda a los cientos o miles de condenados a muerte? ¿Realmente la pena de muerte es la solución?
Este especial se suma a la Audioteca brindando más datos sobre la pena capital, aportado por nuestro amigo Grimbeorn. Sobre el tema hay un par de películas que me gustaría recomendarles (si es que no las han visto ya), una es Dancing In The Dark con Björk y la otra es Dead Man Walking con Sean Penn y música de Eddie Vedder, entre otros.
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